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AGROECOLOGÍA

familiar

Le safran de Nina es un proyecto localizado en una pequeña localidad cerca de Viseu, que busca la sostenibilidad tanto en las prácticas agrícolas como en las sociedades locales productoras.

 

Hemos elegido un cultivo adaptado a las condiciones geológicas y climáticas del territorio. Los suelos calcáreos y bien drenados de la zona son idóneos para el crecimiento del “crocus sativus” que además gusta del clima mediterráneo-continental, con veranos calurosos y secos e inviernos fríos y más húmedos. Hacemos un uso eficiente del agua en una zona donde escasea, nuestras plantas no reciben más  que lo que les brinda la atmósfera.

Para preservar la calidad de la tierra efectuamos una rotación cada cuatro años, dejándola descansar durante diez y enriquecemos el sustrato añadiendo abonos naturales.

Prescindimos del uso de productos químicos, lo que preserva la biodiversidad de nuestros campos. Analizamos las especies presentes en el ecosistema para conocer su interacción con el cultivo y si decidimos controlar la presencia de alguna, lo hacemos manualmente.

Otra razón de peso para la recuperación del cultivo de azafrán en la zona fue la vuelta al laboreo tradicional, en el que la fuerza de trabajo principal son las manos de la unidad familiar. Esto nos ha permitido retomar el contacto directo con la tierra y trabajar una extensión no más grande de lo que nuestro esfuerzo físico puede abarcar.

De hecho, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura sostiene que son los agricultores familiares las personas que tienen las herramientas para practicar la agroecología.

Y con esta idea hemos juntado nuestras manos y ahora damos forma al proyecto LE SAFRAN DE NINA, buscando nuevas vías que resulten sostenibles a nivel humano, ambiental y económico en el medio rural.

“Mucha gente pequeña,

en muchos lugares pequeños,

cultivarán pequeños huertos…

que alimentarán al mundo.”

Gustavo Duch, “Mucha gente pequeña